domingo, 21 de marzo de 2010

tocada, no hundida


Lo noto. Revolotea mi cabeza sin descaso, como un buitre, esperando a que yo cometa el más mínimo error para abalanzarase sobre mi cabeza y dejarme abatida, totalmente. Siento el recuerdo, acechándome como las sombras en mis noches de niña. Me olvido, un tiempo, casi por completo e incluso me convenzo que todo marcha bien. En realidad, todo marcha más que bien, soy yo la que no termina de cuaja. Como, y recuerdo lo horrible que era cuando el pánico se apoderaba de mí ante un inofensivo trozo de lomo. Pienso en los sudores fríos, las convulsiones, las noches sin dormir por el miedo al miedo. Sonrío, conocedora de mi actual fortuna al haber conseguido superar todo aquéllo. Pero siempre, SIEMPRE, hay una fina capa de temor a que vuelva a pasar que envuelve esa tranquilidad y que en ocasiones consigue estremecerme más que el agradecimiento por el bienestar que ahora siento. Son momentos raros......raro que ahora me resulte extraño tener que concentrarme pronfundamente en estar bien cuando hace a penas unos meses tenía que hacerlo todo el tiempo. Ni una mínima distracción, por mi bien.


3 comentarios:

  1. no hace falta concentrarse en estar bien, simplemente se está...

    ResponderEliminar
  2. por desgracia no siempre es tan fácil para mi

    ResponderEliminar
  3. siempre consigues superar todo lo que venga... siempre me ofreces una sonrisa... eres mi heroina personal!!!tkm

    ResponderEliminar