Después de llevar casi diez días auto-controlándome, a mí y a mi exagerada preocupación por las enfermedades (ya sean físicas o mentales), ya que estaba casi convencida de que lo único que tenía que hacer para que esta sensación extraña se fuera era dejar de pensar en ella hoy no he podido más y he pedido cita para el médico. No sólo he pedido cita para el médico sino que además he seguido prácticamente todos los pasos que mi psicóloga me dijo en su momento que no hiciera, bueno mi psicóloga y casi los 30 licenciados que escuché la semana pasada hablar sobre fobias, ansiedades, pensamientos obsesivos y sus manifestaciones. En cuestión de diez minutos me he saltado por completo todos los consejos que algún día como buena profesional daré al 90% de las personas que requieran mis servicios (la ansiedad y sus variantes es la enfermedad mental más recurrente en la sociedad actual) a cambio de aproximadamente 60 euros, bueno al ritmo que lleva la economía española y mundial puede ser que para entonces sólo sean 20, pero para el caso es lo mismo. Pues eso, hace aproximadamente diez días empecé a notar como un pinchazo en el pecho que me bajaba por el brazo izquierdo en forma de hormigueo y que se quedaba ahí prácticamente todo el día, como si el brazo estuviera a punto de “dormirse” constantemente, lo notaba como “tonto”, y sin mucha fuerza para realizar presiones. Como sé que soy un poco hipocondríaca y las personas de mi alrededor se encargan de recordármelo cada vez que exteriorizo cualquier molestia (cosa que reconozco me toca bastante la moral) pues intenté no darle demasiada importancia, desviar mi atención a mis tareas cotidianas y esperar que se fuera. El sábado por fin despareció, “menos mal que no he llegado a ir al médico”, pensé, porque siempre que voy para “nada”, luego salgo con un sentimiento de ridiculez que me sirve de más escarmiento que todas las frases de apoyo-notepreocupes-hayqueverquepesadaeres que me dan mis seres queridos. El sábado se fue, pero hoy ha vuelto, y no ha vuelto al brazo izquierdo sino al derecho, lo que hace mucho más difícil que no le preste atención porque me cuesta trabajo hasta escribir en el ordenador. No es exactamente la misma sensación que tenía en el otro brazo, ahora es más como cuando te aprietas tan fuerte que parecieras notar lo difícil que se convierte para la sangre circular por las venas. Así que mi nivel de ansiedad se ha vuelto a disparar, no he podido hacer parada de pensamiento, he mirado en internet posibles causas (algunas realmente acojonantes), me he estado observando el brazo detenidamente, comparándolo con el otro, moviéndolo arriba y abajo y finalmente he llamado al médico: mañana 8.50 de la mañana. Todavía quedan 16 horas.
miércoles, 24 de noviembre de 2010
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Pequeñaja, hacía tiempo que no te leía
ResponderEliminarespero que haya ido a mejor!!
muakkkkkkkkkk