miércoles, 7 de septiembre de 2011

Septiembre: mes completo


Odio los hospitales, las salas de espera, el megáfono por donde la señorita que no hace nada más en todo el día va llamando a todos los familiares (menos a nosotros) para que vayan pasando con un volúmen, a mi parecer, inapropiado para el lugar. Odio las horas sentada en una silla incómoda, mirando el reloj cada cinco minutos, levantándote, saliendo a fumar, volviéndote a sentar. Odio la espesa tensión que rodea a nuestro círculo: mi padre no está, casi puedo leerlo como si fueran bocadillos de cómics en cada uno de los que están sentados a mi lado. Odio esa sala a la que llaman "hospital de día" y en la que después de todo el día de insoportable espera entramos todos en fila, colocándonos alrededor de la cama respectiva, pero mirando por el rabillo del ojo las camas de los demás. Odio esa falta de privacidad, el olor a antibiótico, el color a enfermedad, el pitido de las máquinas, las convulsiones del señor, las naúseas que todo eso me provoca. Y por supuesto, odio las noches de insomnio, sobretodo en mitad de exámenes. Y van dos.

1 comentario:

  1. Si a ti no te gusta un hospital, imagínate lo que le gustará estar allí al que provoca vuestra espera.
    Espero que se ponga bien y siga luego las directrices de los médicos :)

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