sábado, 28 de abril de 2012

odio

Odio el no poder dormir porque me asuste la película de mis párpados, odio el cosquilleo que siento a veces en el cerebro y que hace que me dé más miedo aún esa película. Odio el dolor de espalda, los mocos, el ahogo, la ansiedad. No puedo más con esta sensación de estar enferma que tengo casi continuamente. Odio ser tan paranoica, mi hipocondría, la manera en la que todo esto se retroalimenta de manera espectacular. Odio la bola que siento en la garganta, el insmonio y el no tener a nadie que me abraze y me calme en noches así, sobre todo en noches en las que me quedan sólo cinco horas para levantarme.

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