domingo, 30 de mayo de 2010

Se consume lento, despacio. Arde momentáneamente, rojo, por un lado más que por otro. Vuela el papel, encendido, se apaga a los pocos segundos todavía en el aire, se apoya en la mesa, ennegrece. Le soplo, sólo un poquito, se desvanece como si nunca hubiera existido. Ningún resto

1 comentario: