No recordaba echar de menos Madrid hasta que me bajé del metro. En cuanto puse un pie en Eloy Gonzalo tuve clarísimo que era eso lo que necesitaba. Gente, bullicio, librerías de segunda mano, olor a polución en las calles. Irene, eso sobretodo. Concierto espectacular en un sitio que me enseñó la ciudad más preciosa que nunca había visto. Me supo a poco pero han sido unos días fantásticos.
sábado, 30 de julio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario